martes, 24 de septiembre de 2013

Ben Johnson, 25 años después, volvió a la pista de Seúl

El atleta canadiense, por doping, fue despojado en aquella oportunidad de la medalla dorada en los 100 metros en los Juegos Olímpicos de 1988, en la que llamaron la carrera más sucia de la historia”.

 

El canadiense Ben Johnson, despojado de la medalla de los 100 metros de los Juegos Olímpicos de Seúl tras dar positivo en un control, visitó este martes, por primera vez desde aquel 1988, la pista de su victoria frustrada, donde hizo un alegato contra el doping

El atleta  fue suspendido de por vida en 1993 después de un nuevo control positivo, cinco años después del de los Juegos Olímpicos, donde se encontraron en su orina restos de estanozol, un esteroide anabolizante.

 “Siento bien volver aquí”, declaró en la misma pista donde el 24 de septiembre de 1988, a las 13h30, se preparaba para participar en una final de 100 metros que iba a convertirse en “la carrera más sucia de la historia”.

 “Aquí fue donde se escribió la historia”, declaró Johnson. “Algunos dirán que es una mala historia, pero yo no lo veo así”, subrayó.

 Johnson dominó aquellos 100 metros ante competidores como el estadounidense Carl Lewis, cruzando la línea de meta en 9 segundos y 79 centésimas, lo que entonces era un nuevo récord mundial.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Matthias Sindelar, el futbolista que desafió a Hitler

 El austríaco fue el autor de uno de los goles más audaces de la historia y lo coronó con un festejo políticamente incorrecto frente a los jerarcas nazis.

Matthias Sindelar se destacó por su habilidad futbolística y, quizás aún más, por la defensa de sus principios dentro  y fuera de la cancha. Este delantero austríaco tuvo la audacia de mofarse del régimen nazi con festejo de gol políticamente incorrecto, lo que le costó su carrera como deportista y también su propia vida.

El origen judío, y sus propias convicciones, hicieron que  Matthias Sindelar haya puesto excusas para jugar para la selección alemana. El primer paso fue fingir una lesión en la rodilla y luego le pidió a su entrenador Herberger que le dejara fuera de las convocatorias.

Ya con la antipatía del régimen a cuestas, el gol que pasó a la historia del fútbol, y a la Sindelar,  llegó el 3 de abril de 1938, fecha en que se jugó un partido de despedida para el Wunderteam, el equipo maravilla austríaco que los Nazis fusionaron con selección alemana. Además, era un secreto a que se trataba de un partido arreglado en el que Hitler había acordado que los futbolistas de Austria no le anotaran a Alemania.

Matthias Sindelar respetó ese acuerdo durante casi todo el partido y luego de gambetear a los defensores rivales,  desechaba deliberadamente (al igual que sus compañeros)  de intentar convertir un gol. Este pacto se hizo añicos cuando  llegó el minuto 70 cuando Sindelar anotó un golazo y se fue a parar frente al palco alemán, donde comenzó a bailar en tono de burla, lo que representó una humillación para el régimen nazi.

Durante los días siguientes a esta osadía  futbolera y política, Sindelar se vio obligado a prácticamente a pasar a la clandestinidad. El austríaco, que ya se había ganado justicieramente el apodo de “El Mozart de Futbol”, fue declarado como desaparecido durante meses, hasta que eventualmente dieron con su paradero.

El 23 de enero de 1939, con sólo 36 años, Matthias Sindelar fue encontrado muerto en su casa junto a su pareja, también judía, Camilla Castagnola. Informes oficiales de la época aseguraron que su deceso se produjo a causa  a un escape de gas y  hasta se rumoreó que pudo haber sido provocado por él mismo en un acto de suicidio, de todos modos nunca se descartó que los nazis hayan sido los responsables. La Gestapo decidió cerrar el caso.

La despedida de los restos de Sindelar convocó a más de 40 mil personas y se llegaron más de 15 mil telegramas que daban sus condolencias por la muerte del futbolista.

Matthias Sindelar había nacido en 1903 en el seno de una familia judía de Austria. Su precoz talento le hizo ganar el mote  de “el hombre de papel”, debido a su esmirriada figura y a su facilidad para la gambeta.

A los 15 años ya había fichado con las categorías inferiores del Hertha Viena y rápidamente pasó al Austria Viena, el club más popular de su país. Su consagración fue en el Wunderteam, la mejor selección de Austria de todos los tiempos.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Boateng y su salida del Milan

El futbolista ghanés asegurá que no se fue del club italiano por los insultos racistas, pero queda el margen para la duda. 


 El ghanés Kevin-Prince Boateng no dejó el Milan para fichar por el Schalke a finales de agosto por los insultos racistas que sufrió en Italia, reconoció este martes Peter Peters, director financiero del club alemán.

“Después de una conversación con Horst Held (director deportivo del Schalke) descubrí que mi suposición era errónea. “El me ha confirmado que los incidentes racistas no fue la razón definitiva para el traspaso de Kevin al Schalke”, señaló Peters en un comunicado en la página de internet del Schalke.

 “Me excuso directamente con Kevin”, añadió el miembro del comité ejecutivo del club alemán.
 El jugador ya había dado su versión el martes al diario Bild: “Mi fichaje no tiene nada que ver con el racismo, el único motivo es el aspecto deportivo”.

 Peters había declarado el lunes que Boateng “quería salir debido a los incidentes racistas en Italia y que había obtenido el visto bueno del presidente Silvio Berlusconi si el Milan se clasificaba para la Liga de Campeones”.

La temporada pasada, cuando era jugador del Milan, Boateng sufrió en varias ocasiones insultos racistas. Después de que en marzo se retirara de un partido amistoso, la Unesco y la FIFA le invitaron para escuchar su testimonio sobre este problema.

Boateng firmó un contrato por tres temporadas con el Schalke el 30 de agosto, dos días después de haber marcado un doblete contra el PSV Eindhoven (3-0) que certificó la clasificación del Milan para la Liga de Campeones.