lunes, 25 de noviembre de 2013

Sesenta años del día en que Hungría humilló a Inglaterra en Wembley

El equipo de Puskás superó por 6-3 a los locales ante 105 mil espectadores. El gobierno húngaro manipuló esta victoria, luego la caída en la final del Mundial ’54 ante Alemania atizó el fuego de un levantamiento en contra del yugo soviético. 

 



Hungría revive las emociones de un encuentro jugado hace justo 60 años, un 25 de noviembre de 1953, cuando su selección, dirigida dentro del campo de juego por el mítico Ferenc Puskás, derrotó en el estadio de Wembley por 6-3 a Inglaterra, invicta hasta entonces en su propio terreno.

A modo de homenaje, la televisión húngara emite una versión digitalmente modernizada del llamado “Partido del siglo”, mientras que la radio pública lo hará a las 15.30 hora local, la misma en que se jugó aquel histórico encuentro en 1953.

El “Equipo dorado”, considerado entonces uno de las mejores del mundo, consiguió su mayor victoria en Londres, ante 105.000 espectadores, entre ellos la Reina Isabel II.

La selección de Hungría llevaba 24 partidos sin perder y salió a la cancha con la revolucionara formación 4-4-2, con la que sorprendió a los ingleses.

El régimen comunista de entonces se aprovechó de esta victoria para ofrecer “felicidad y satisfacción”, algo que faltaba en la vida cotidiana de la época.

Menos de un año después Hungría fue derrotada por Alemania en el final del Mundial de Suiza 1954, por lo que hubo manifestaciones en Budapest, algo considerado por muchos como un preludio de la revolución antisoviética de 1956.

Este movimiento revolucionario espontáneo de alcance nacional, conducido por estudiantes e intelectuales, contra el gobierno de la República Popular de Hungría y sus políticas impuestas desde la Unión Soviética, duró desde el 23 de octubre hasta el 10 de noviembre de 1956.

Tras la revolución, muchos jugadores del “Equipo dorado” emigraron, entre ellos el propio Puskás, al Real Madrid, así como Zoltán Czibor y Sándor Kocsis, que pasaron a jugar en el Barcelona.

 

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Stoichkov ataca de nuevo: “El Balón de Oro me da asco”

El ex futbolista búlgaro arremetió contra Michel Platini porque acusa al francés de hacer lobby para que Frank Ribéry se quede con ese galardón. 

 



El ex delantero del Barcelona Hristo Stoichkov aseguró sentirse asqueado por todo lo que rodea a la entrega del Balón de Oro y está convencido de que el correspondiente al 2013 irá a parar a las manos del delantero del Bayern de Múnich Frank Ribéry.

“Está hecho, me da asco. Platini (Michel, presidente de la UEFA) se mueve bien y Ribéry es francés y ha ganado muchos títulos”, disparó el ex futbolista búlgaro, que logró este galardón en 1994.

Stoichkov hizo estas declaraciones en la Antigua Fábrica Estrella Damm de Barcelona, adonde acudió este mediodía para hacer entrega al azulgrana Lionel Messi de la Bota de Oro que le acredita como el máximo goleador de las Ligas Europeas (46 tantos) la pasada temporada.

jueves, 14 de noviembre de 2013

Insólita protesta de futbolistas brasileños por mejoras laborales

En pleno partido, los jugadores hicieron pases de un área a la otra durante un minuto sin disputarse la pelota o cruzándose de brazos. Exigen la reducción del calendario de partidos y el respeto a sus 30 días de vacaciones




Los jugadores de la primera división del fútbol brasileño protestaron el miércoles por la noche en pleno partido, haciendo pases de un área a la otra durante un minuto sin disputarse la pelota o cruzándose de brazos, para exigir mejores condiciones laborales.

La protesta se realizó en los siete partidos programados para la trigésimo cuarta fecha del campeonato brasileño de primera división y fue organizada por el Movimiento Bom Senso FC, que representa a los futbolistas.

Los jugadores exigieron a la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) una reducción en el calendario de partidos, además del respeto a sus 30 días de vacaciones, informaron los medios locales.

En el inicio del Sao Paulo y Flamengo, tras el pitazo inicial, los jugadores gastaron el primer minuto del juego lanzando la pelota de un extremo al otro, sin atacar.

 Antes, habían salido al verde cesped con un cartel que decía: Amigos de la CBF: ¿Y el buen juicio?.
“Esto tiene un significado mayor del que se imaginan. Estamos aquí y somos socios.(...) Defendemos algo importante para todo el mundo. Para los árbitros, los jugadores, incluso para los periodistas”, dijo el arquero de Sao Paulo, Rogério Ceni, según publica el portal de noticias G1.

“Por qué no podemos tener juegos los lunes (cerca del sábado y domingo, cuando ocurren otros partidos). Estamos dispuestos a ayudar. Pero no se pueden tener juegos los miércoles y los domingos por tanto tiempo. El jugador no aguanta”, agregó.

Según la prensa, la CBF había amenazado con sancionar con tarjetas amarillas a quienes incurrieran en estas acciones. No se informó si eso había ocurrido.

 En el Vitória-Cruzeiro, se guardó un minuto de silencio, mientras que en el Botafogo-Portuguesa se mostró un cartel que decía: “Por un mejor futbol para todos”. Lo mismo en el Gremio Vasco.

 En la fecha número 30, los jugadores también hicieron una protesta similar, que consistió en darse abrazos colectivos antes de iniciar el juego.

lunes, 11 de noviembre de 2013

La selección de Bélgica une a valones, flamencos e hijos de inmigrantes

Los Diablos Rojos lograron su clasificación al Mundial Brasil 2014, luego de estar ausentes desde el 2002,  y le dieron baño un sentimiento de unión nacional a un país históricamente fragmentado. Tres futbolistas de ascendencia africana fueron clave en este logro deportivo. 

 




La diminuta Bélgica es un territorio fragmentado por los, aproximadamente, 6,5 millones de flamencos y los 4,5 millones de valones, con el agregado de los inmigrantes africanos y sus descendientes que conforman el minoritario actor social. Esta división interna llevó a que este país estuviera 541 días sin gobierno, superando el particular récord mundial de acefalía que ostentaba Irak.
 
El país de 30.528 kilómetros cuadrados sufre una latente división interna entre la rica e independentista región flamenca de un lado y con la rural y unionista zona valona del otro. Además, en la primera región se habla una lengua germana, el flamenco, y en la otra una latina, el francés, y tampoco abundan los bilingües en Bélgica.

Este pequeño enclave nació recién en 1.830 y para muchos historiadores es una invención de ingleses o austríacos para frenar el expansionismo francés. Este país joven tiene un nombre viejo y de origen latino que proviene de la parte más septentrional de la Galia, Gallia Bélgica.

En este contexto, la Selección de Fútbol de Bélgica no contribuyó, como ocurrió en otros países, a generar un sentimiento de nación al estar ausente de las citas mundialistas desde el 2002, pero todo cambió por el actual buen andar de los Diablos Rojos, que ya se ganaron su lugar en Brasil 2014.

“Desde 1979 hemos tenido un estudio de cómo las personas se sienten belgas. Los valones se han sentido siempre belgas, los flamencos no. Pero cuando la selección belga llegó a las semifinales del Mundial en 1986, el sentimiento belga entre los flamencos dio un salto en un 15 por ciento. Ningún otro evento en ese período podría haber desencadenado esto”, el profesor de políticas de la Universidad de Lovaina, Lieven De Winter, al diario The New York Times.




Hijos de África

La generación de los hijos de los inmigrantes africanos une a dos comunidades y se quedan en las márgenes de los debates identitarios. Marouane Fellaini (hijo de marroquíes), el capitán Vincent Kompany y Romelu Lukaku, ambos de ascendencia congoleña, colaboraron para convertir a Bélgica en una se las selecciones más poderosas del mundo. Precisamente, estos futbolistas son los pocos bilingües del equipo donde los de origen valón y flamenco sólo logran intercambiar palabras propias de la jerga futbolera.

Los méritos de una nueva generación de los Diablos Rojos como Thibaut Courtois (Atlético de Madrid), Vincent Kompany (Manchester City) o Axel Witsel (Zenit de San Petersburgo) centran hoy día la atención de la prensa internacional ya que forman parte de un combinado llamado a convertirse en la revelación del Mundial de Brasil 2014

En los últimos quince meses, esta Selección ascendió desde el puesto 53º hasta el 5º en la clasificación de la FIFA y superó a históricos del fútbol como Italia o Inglaterra. Incluso el seleccionador  español, Vicente del Bosque, reconoció en declaraciones a Efe que esta selección es un “excelente rival con unos jugadores muy buenos”.

Según la empresa Havas Media, uno de cada tres belgas siguió por televisión los dos goles de Romelu Lukaku ante Croacia que clasificaron al combinado nacional el pasado 11 de octubre, mientras miles de personas salíeron a la calle en todo el país para festejarlo.

Al calor de este masivo respaldo surgieron rápidamente iniciativas comerciales, como la edición de un cómic inspirado en el equipo que ya ha vendido más de 30.000 ejemplares en el país de Tintín.

Durante la noche de la clasificación, “juntos” fue la palabra que mayor presencia tuvo en la red social Twitter, según Havas.



lunes, 4 de noviembre de 2013

En Srebrenica el fútbol intenta cerrar las heridas de la guerra

 En esta ciudad bosnia, musulmanes y serbios transpiran la camiseta de Guter y extienden su amistad fuera del verde césped. En ese lugar, en julio de 1995, fuerzas serbias asesinaron a 8 mil bosnios en medio de la sangrienta guerra civil que sufrió este diminuto país de los Balcanes.  

 


En la ciudad bosnia de Srebrenica la división entre musulmanes y serbios es el pan de cada día y esto tiene fundamento en que las fuerzas serbias masacraron a 8 mil musulmanes bosnios en julio de 1995 durante la guerra civil.

Esta fragmentación étnica y religiosa genera que estas comunidades no compartan barrios, comercios y hasta los bares de esta población que ronda los 40 mil habitantes. La excepción es Guber, un humilde club de fútbol con un plantel multiétnico que intenta cerrar las heridas de la guerra.

“En el club tenemos un ambiente sano. Todos sabemos qué pasaba en la guerra y cómo vive hoy la población. Nosotros, sin embargo, no miramos cómo se llama cada uno, sólo nos importa que somos personas”, asegura  Miljan Bodiroga, el arquero de Guber.

Los integrantes del plantel mantienen una relación amistosa fuera de los entrenamientos y del campo de juego. “Ahora estoy aquí feliz con mi familia, porque he conocido gente maravillosa con la que vivo y juego”, agrega el arquero, que fue el  héroe del partido en el que el equipo logró calificarse para los cuartos de final de la Copa del ente serbio de Bosnia, el mayor triunfo de este club desde dos décadas. 

A pesar de que nadie olvida lo ocurrido en la guerra civil, un acuerdo tácito entre ambas partes erradicó ese tema de las conversaciones cotidianas. Esto colaboró para que niños y adolescentes (musulmanes y bosnios) compartan las divisiones juveniles del club.

En esta sintonía, muchos simpatizantes de Guber  pertenecen a una organización juvenil multiétnica denominada “Amigos de Srebrenica” que, entre otras actividades, saca al aire un programa de radio para informar sobre las novedades de Guter. 

“Aquí es imposible hacerlo de otra manera. En el club no hay ningún problema étnico. Lo que importa es jugar lo mejor posible y ganar. Todos juntos. Sólo nos importa eso”, sentencia sin rodeos Suljo Cakanovic, el presidente de la institución.

Un plantel multiétnico y con salarios de 100 euros 


Guber se fundó en 1924 por dos aficionados al fútbol, un musulmán y un serbio, que incluso cedieron parcelas de tierra para edificar el estadio. Durante la guerra, el equipo dejó de funcionar y fue refundado en 2005. Hoy juega en la segunda división del ente autónomo serbobosnio y, paralelamente, en la tercera de la liga nacional de Bosnia.

El presupuesto del club es muy modesto, de 20 mil euros. Por lo que cada integrante del plantel cobra sólo 100 euros al mes de salario y el cobro de esa escueta suma está supedita a la economía del club. Guter recibe algún apoyo financiero de las autoridades municipales y del Gobierno del ente musulmano-croata, pero no del serbobosnio, su mayor mecenas es Muradin Pasagic, un ex vecino de Srebrenica que vive desde hace 30 años en Eslovaquia, donde tiene negocios.

La Masacre de Srebrenica



La Masacre de Srebrenica consistió en el asesinato de aproximadamente unas 8 mil personas de la etnia bosnia en la región de Srebrenica, en julio de 1995, durante la Guerra de Bosnia. Este genocidio fue realizado por las  unidades del Ejército de la República Srpska, el VRS, bajo el mando del general Ratko Mladić, y por un grupo paramilitar serbio conocido como “Los Escorpiones”.

Esto ocurrió en una zona previamente declarada como “segura” por las Naciones Unidas porque en ese momento se encontraba bajo la supuesta protección de 400 cascos azules holandeses. Aunque se buscó deliberadamente la eliminación de los varones musulmanes bosnios, la masacre incluyó el asesinato de niños, adolescentes, mujeres y ancianos, con el objetivo de conseguir la limpieza étnica de la ciudad. Tras los Acuerdos de Dayton, que pusieron fin a la guerra, Srebrenica quedó ubicada en la subdivisión del país denominada República Srpska, que agrupa al 90% de los serbios